La promotora de viviendas ha ido incorporando, en sus 30 años de experiencia, servicios e instalaciones para mejorar la eficiencia energética de sus construcciones

SALAS siempre ha procurado dar respuesta a las necesidades de sus clientes y, para conseguirlo, ha apostado por la gestión integral de los servicios que ofrece. En un presente en que se vive una sólida crisis energética, velar por la sostenibilidad es una de las principales preocupaciones de la promotora.

Esta preocupación, unida al endurecimiento progresivo de la normativa del código técnico, que incorpora cada vez más exigencias, permite que las viviendas de SALAS cuenten con todas las ventajas de la obra nueva y consigan una mayor eficiencia energética. En determinados casos, SALAS incluye también otras características para ir un paso más allá.

De hecho, con la vocación de ofrecer un servicio más integral como gestora, SALAS ha creado la división SALAS GREEN POWER. Un gestor energético que tiene la finalidad tanto de producir energía renovable, como también de gestionar el consumo de los clientes para que puedan hacer de él un uso más eficiente y aumenten su ahorro. Al fin y al cabo, la educación y la concienciación de la ciudadanía también forman parte del trabajo de SALAS.

Acciones que marcan la diferencia

Consciente de que la crisis energética es un problema de presente y de futuro, la promotora instala en sus viviendas mecanismos que, desconocidos para gran parte de la población, pueden suponer una diferencia, tanto para el público como para el medio ambiente.

De esta manera, incorporan un conjunto de instalaciones, como placas fotovoltaicas, sistemas de aerotermia y preinstalaciones de carga para vehículos eléctricos, entre otras. Además, a través del diseño arquitectónico también se favorece la creación de espacios más saludables. Son un ejemplo los aparcamientos para bicicletas o la previsión de espacios para la recogida selectiva de residuos. También lo son la creación de zonas exteriores siempre que la normativa municipal lo permite, la ventilación natural cruzada de los pisos que dan a dos fachadas o la protección solar por aleros o balcones para mejorar la temperatura de las viviendas.

Otras medidas, como los cronotermostatos, son más desconocidas para el gran público. Con estos, los usuarios pueden programar y regular la temperatura de la vivienda. “Se puede indicar al cronotermostato que a una hora concreta se quiere más confort y que, cuando el hogar quede vacío, baje la temperatura. Con esto se puede conseguir un ahorro, tranquilamente, de un 25-30% del consumo”, explica Josep Bertran, responsable de instalaciones de SALAS.

Pero esta no es la única medida que la promotora impulsa. Por ejemplo, Migdia 2.0, en Sabadell, dispondrá de una piscina comunitaria de agua salada, la cual, como no posee cloro, evita la evaporación de ácido al medio ambiente. Una instalación que, a pesar de presentar un coste de producción elevado, ofrece un mantenimiento a los propietarios más económico que el de una piscina tradicional y, además de ser respetuosa con el medio ambiente, es más beneficiosa para la salud.

El uso de materiales reciclados en la construcción también es una de las prácticas sostenibles que aplica SALAS. Así pues, el acero, el aluminio o las grabas son algunos de los materiales empleados que se obtienen después de un proceso de reciclaje, favoreciendo así una reutilización de los materiales, alargando su vida productiva y provocando un menor impacto en el medio ambiente.

Apuesta de presente para un futuro mejor

A pesar de que las instalaciones de energías renovables y más sostenibles pueden parecer costosas, recuperar la inversión inicial es cuestión de tiempo. Así lo explica Ángel Pérez, director de SALAS GREEN POWER: “el dinero que el cliente ahorra cada mes compensa la inversión inicial hecha. Por lo tanto, la amortización depende del consumo que hace el cliente. Actualmente, tal y como están los precios del petróleo, en tres años se puede amortizar. No obstante, comparativamente con el coste de la energía tradicional, la energía sostenible siempre será más económica”.

Los beneficios que la energía sostenible otorga a los clientes son notables. Por un lado, se respeta el medio ambiente, por otro, el ahorro energético se refleja en la factura de los usuarios, que pagaran menos por su consumo. Aun así, para que esto se materialice es necesario que la sociedad comprenda el valor añadido que suponen estas instalaciones, asumiendo el coste que implica.

Desde Fundació Nou Lloc, gestora de vivienda de alquiler social, SALAS demuestra que esta apuesta es una realidad. En este caso, al tratarse de un único propietario, la gestión es rápida y sencilla. Conocedores del ahorro que supone la instalación de sistemas de alta eficiencia energética, sus promociones más recientes ya los incorporan y cuentan, por ello, con calificaciones energéticas AA. Es, sin duda, una vía que permite ganar experiencia de cara al futuro, cuando los sistemas se incorporen con más asiduidad a otras promociones.

Gestores energéticos: concienciación y ahorro

La gestión energética es el trabajo que ejecuta SALAS GREEN POWER, el nuevo servicio integrado dentro de SALAS. “Como gestora energética se controla lo que se produce y consume y, a partir de aquí, se cuenta con sistemas para ahorrar. El objetivo es común con el propietario y/o inquilino: maximizar la eficiencia energética. En definitiva, velamos por que la producción sea sostenible, de fuentes verdes y el volumen de consumo sea correcto”, explica Ángel Pérez. Para conseguirlo, utilizan domótica, datos que provienen de los contadores, alertas y otros controles distribuidos. Estos sistemas ya funcionan en Marinada (Sitges), gestionada por Fundació Nou Lloc.

La gestora también pretende educar y concienciar a los clientes para que realicen un consumo eficiente. En esta línea, explican a los usuarios el funcionamiento de los sistemas instalados y envían información, documentación y vídeos a los mismos. Porque, como especifica Josep Bertran, “no sólo son importantes las medidas de eficiencia energética que se aplican a los edificios, la concienciación de la sociedad también lo es”.

En este sentido, para Roberto Plumed, arquitecto responsable de proyectos de SALAS, el gran reto es que la sociedad se implique. “Es muy importante la demanda del usuario, la autorregulación es el primer paso para reducir el consumo. Acciones que el público no acostumbra a hacer, como subir y bajar las persianas para que entre luz y calor para calentar la vivienda, pueden mejorar el ahorro considerablemente. Al final, para ahorrar debemos esforzarnos todos”, argumenta.

No es tendencia, es necesidad

La guerra de Ucrania, la dependencia de los combustibles fósiles y el aumento de los precios, dejan patente, para SALAS, que la apuesta por las energías sostenibles no es una moda. “En el fondo es una necesidad para reducir el consumo y poder vivir en el planeta todos juntos, porque, si no, no podremos satisfacer las necesidades energéticas de la población. Gran parte de la sociedad no lo percibe así, pero es una necesidad que tendremos para subsistir”, apunta Roberto Plumed.

La sostenibilidad y las energías renovables han venido para quedarse. La apuesta desde SALAS es firme, incorporando dentro de su estructura una nueva división de servicios. Porque comprometerse con la sociedad e incorporar internamente todos aquellos servicios que sean necesarios para sus clientes, forma parte del ADN SALAS.

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